OLIVER HOLT: Antonio Rüdiger se quedó petrificado por la conmoción, después de haber hecho exhibiciones no hace mucho tiempo… Para aquellos de nosotros que crecimos con el éxito de Alemania, puede ser difícil aceptar que ellos también son Rans, pero la evidencia es mayor.
Cuando sonó el silbato final, Antonio Rüdiger, el defensor que muchos de nosotros asociamos con la indomabilidad alemana moderna, estaba arraigado al lado japonés.
Los japoneses a su alrededor estaban celebrando y Rüdiger se quedó donde estaba, congelado por lo que había sucedido. No hace mucho estaba galopando por el ala, fanfarroneando mientras golpeaba una pelota de par en par y jugando con lo fácil que había encontrado para adelantar a su oponente japonés. Ahora no se sentía tan seguro. Ahora Alemania se había convertido en la segunda víctima del asesinato gigante en la misma cantidad de días.
Quizás el impacto de perder ante este equipo japonés de primer nivel no transmitió del todo el sentimiento demoledor de la derrota de Argentina ante Arabia Saudita el día anterior. Aunque la sustitución de Mario Götze en la segunda mitad fue un recordatorio de los éxitos del pasado, Alemania ya no es lo que solía ser. No llegaron aquí como uno de los favoritos y cuando se fueron a Doha la semana pasada fue en un contexto de indiferencia.
Alemania sorprendió el miércoles cuando Japón remontó para vencerlos 2-1


Antonio Ruediger parecía sorprendido cuando los japoneses celebraron su último ganador.


El defensa del Real Madrid había presumido minutos antes de la implosión de su equipo
No olvides que este es un equipo alemán que fue despedido con relativa facilidad por Inglaterra en la Eurocopa del año pasado.
En la última Copa del Mundo, Alemania fue eliminada en la fase inicial por primera vez desde 1938. Hace cuatro años perdieron su primer partido contra México antes de caer ante Corea del Sur.
Aquellos de nosotros que crecimos con el éxito de Alemania Occidental y Alemania, a menudo a expensas de Inglaterra, puede que nos resulte difícil aceptar que ellos también son ahora Rans, pero la evidencia es cada vez mayor. Durante gran parte de ese juego, se veían aburridos, planos y cansados. Confiaron demasiado en los pies rápidos y el cerebro brillante de Jamal Musiala, pero cuando su improvisación se secó, ofrecieron muy poco.


El resultado dejó en un hilo las posibilidades de Alemania de llegar a los octavos de final.


Son un equipo en declive que lucha por repetir su éxito en la Copa del Mundo de 2014.
Alemania dominó la posesión, pero cuanto más avanzaba el partido, más ideas se les acababan. Que Thomas Muller siga siendo una parte integral del equipo a los 33 años y que Götze, que nunca recuperó su forma de la Copa del Mundo de 2014, todavía esté pendiente es quizás una señal de lo difícil que es recuperarse de la grandeza del pasado.
Después de todo, Alemania logró una victoria, aunque antes del saque inicial.
En contraste con la débil respuesta de Inglaterra a la amenaza de sanciones deportivas de la FIFA si Harry Kane usaba un brazalete OneLove, los jugadores alemanes posaron para una foto previa al juego con las manos sobre la boca para indicar que estaban amordazados.
Su protesta habrá avergonzado a los pequeños tiranos de la FIFA, que hablan de la diversidad pero que han hecho todo lo posible para aplastarla en este torneo.
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