Ante un Parc des Princes abarrotado, el presidente del PSG, Nasser Al Khelaïfi, anunció hace apenas un año que Kylian Mbappé renovaba su contrato hasta 2025. Inicialmente, se esperaba que el delantero permaneciera tres temporadas en el club, pero no fue así, ya que lo que se firmó fue una extensión de contrato por dos años, con una opción por un año más que solo el jugador podía ejecutar.
La cláusula, que vence el 31 de julio, no podrá ser ejercida por Mbappé. Según información de L’Équipe de Francia, el delantero no tiene intención de renovar su contrato con el PSG en la actualidad. El actual líder de la Ligue 1 ha desperdiciado el primer año del nuevo contrato de su jugador estrella, incumpliendo las promesas que le hizo Al Khelaïfi para convencerle de que se quedara en París y dejando su futuro en el aire.
El PSG ahora puede volver a experimentar la misma situación que vivió el año pasado. Si Mbappé no ejecuta la cláusula de renovación, el conjunto francés deberá sentarse con su entorno y con el jugador en unas negociaciones que se prevén intensas. El año pasado, el club hizo lo imposible y lo convenció de renovar, con Emmanuel Macron, presidente de Francia, incluso entrando en las conversaciones.
Disputas internas en el PSG
Los altibajos de Mbappé a lo largo de la temporada han afectado a su decisión de no renovar. En agosto, al inicio de la temporada, se produjo el “Penalty-Gate”, una disputa entre Neymar y Mbappé que generó tensión interna en psg. Neymar se enteró de que su compañero no se había opuesto a su venta en verano y decidió lanzar un penalti ante el Montpellier, cuando Christophe Galtier tenía a Mbappé anotado como lanzador.
Los problemas se seguían acumulando. En septiembre, antes de un partido de Champions contra el Benfica, se supo que Mbappé quería irse en enero, sintiéndose traicionado por el Al Khelaïfi. El presidente le prometió un proyecto ambicioso, ganador y con certezas deportivas, que no se concretó en verano. El francés amenazó con dejar el club, lo que desencadenó una crisis interna que llegó a su punto álgido con un informe de Mediapart que afirmaba que el PSG había creado cuentas falsas para increpar a Mbappé y presionar su renovación.
Semanas después, L’Équipe informó que el PSG no le había pagado el salario al jugador, lo que fue visto como un tira y afloja entre las dos partes para ver quién tenía la ventaja. Las sospechas de que el divorcio era inevitable se disiparon después de la Copa del Mundo en Qatar. Ambos conjuntos decidieron anteponer el bien común y, aunque la temporada ha sido una decepción -sobre todo tras la eliminación en octavos de final de la Champions-, ya no se vive el mismo clima de tensión que a principios de temporada.
“Kylian Saint-Germain”
Sin embargo, Mbappé respondió en abril después de que el PSG lanzara una campaña de boletos de temporada con él como el acto principal sin el permiso del jugador. En una publicación en las redes sociales, reiteró que el club no era “Kylian Saint-Germain” y que los derechos de imagen eran un derecho fundamental para cualquier deportista de élite.
Mbappé tendrá libertad para negociar con el club de su elección a partir de enero. No ejecutar su cláusula de renovación de ninguna manera significa que se marchará en verano, ni tampoco que se marchará como agente libre en 2024. El PSG no se rendirá, igual que no se rindió el año pasado antes de que lo lograra. para convencerlo de que se quede. El escenario ahora es bastante diferente. Si el club no puede rodearle de un equipo competitivo que pueda aspirar a disputar la Champions, su marcha en 2024 será casi segura.